La vida adulta apesta...

Llevo años pensando que los matrimonios deberían de tener así como los registros, la posibilidad de renovarlos o no. Uno piensa en que es algo para toda la vida y ya se les frunce el culo. Por eso el mejor contrato sería poder chequear si eso es lo que querés seguir haciendo o en su defecto si él o ella es la persona con la que querés seguir estando. No siempre al madurar seguimos los mismos caminos, y eso no está mal, para nada! Somos personas únicas cada uno madura o reacciona a determinadas situaciones de diferente manera eso hace que a veces no sea el momento para seguir juntos pero sí en 3 años, por ejemplo. O quizás ese camino que no es el mismo pueda buscar una bifurcación que te lleve o acerque a la otra persona. En fin,  lo que quería decir es que las relaciones, cualquiera sea, tenés que tener renovación. No quiere decir que me quiera separar (de nuevo) solo que a esta edad y con la menopausia a flor de piel lo mejor sería que cada uno tenga su casa. Dormir despatarrada con el ventilador apuntándome por los calores que pasó durante la noche sin que nadie me diga que no hace tanto calor. O simplemente llegar de trabajar y no tener que interactuar con nadie más. Ojo que esto también aplica a las amistades. Levante la mano quién no ha perdido alguna amistad buena en el camino, buena porque nunca dejan de ser buenas personas pero que por algún motivo dejan de estar en tu vida. Hay una película bastante pelotuda de Jennifer López que le dice a su hijo de ficción (refiriéndose al personaje masculino que ya no está en la vida de ellos) " no está en nuestras vidas, pero le deseamos lo mejor". Esa es la enseñanza, aprender que el que se va no necesariamente se va por mala persona sino por las benditas bifurcaciones.

No sé si todo esto tendrá sentido para mí cuando lo lea nuevamente o para alguien que quizás caiga de nuevo en este blog que ya pensábamos que estaba muerto.